QUE HACER

El Peropalo es la fiesta grande de Villanueva de la Vera y por su antigüedad y tradición se ha declarado fiesta de interés turístico de Extremadura. Representado por el típico pelele, a su alrededor gira el carnaval desde su confección hasta su muerte. Cada año el Peropalo es ajusticiado en el pueblo día tras día desde el domingo de carnaval hasta el martes de carnaval, cuando es quemado entre celebraciones y lamentos.

Guitarvera es un festival ideal para conocer el folklore, la gastronomía y las tradiciones autóctonas de la Comarca de la Vera que se celebra, todos los años, en Villanueva. Mas de veinte años de continuidad avalan uno de los eventos culturales mas importantes de toda Extremadura donde, de forma participativa, se dan cita anual los vecinos para disfrutar a lo largo de las calles del pueblo, declarado conjunto histórico artístico de interés cultural, de 3 días de disfrute colectivo.

Otra de las joyas de Villanueva, mucho más accesible que otros saltos de agua del municipio, ya que se encuentra a apenas un kilómetro y medio del pueblo. Desde el aparcamiento habilitado a la vera de la carretera, en apenas 300 metros, el sendero nos acerca a un espectacular salto de agua que será visita obligada para quienes disfruten del entorno natural que dispone Villanueva.

El origen de este rito está unido a los Hermanos de Disciplina que luego pasarían a llamarse Cofradía de la Vera Cruz y Pasión de Cristo, que estuvo extendida por diferentes poblaciones de la comarca durante la Edad Media. Los penitentes salen a las doce de la madrugada del Jueves Santo , individualmente y desde lugares secretos. Recorren, descalzos, las catorce estaciones de su Vía Crucis a través de las inclinadas y empedradas calles. Sobre sus hombros desnudos se le coloca un timón de arado, que sirve de cruz, y que se sujeta a sus brazos mediante vueltas de soga de esparto que recorre su torso desnudo.

El 7 de diciembre, al anochecer, los vecinos de Madrigal de la Vera se reúnen al calor de grandes hogueras repartidas por todo el pueblo para celebrar la festividad de La Inmaculada. Se aprovecha la ocasión para degustar los productos de la matanza, que suele celebrarse en estas fechas, mientras se cantan y bailan las típicas jotas veratas. Es una fiesta de gran calado en el pueblo, tanto es así que mayores y pequeños salen desde temprano (incluso con días de antelación) a buscar leña y matojos a la sierra con sus carros y tractores para, después, alimentar el fuego que deja un intenso olor a jara y romero en el pueblo.